domingo, 8 de abril de 2012

Noticias de actualidad sobre Israel

http://elcomercio.pe/mundo/1398861/noticia-israel-le-prohibe-entrada-su-territorio-gunter-grass

Tel Aviv (DPA). Israel declaró al escritor alemán Günter Grass persona non grata debido a sus recientes comentarios sobre la política del país, confirmó hoy un portavoz del ministro del Interior, Eli Yishai. La decisión implica que el escritor no puede volver a viajar a su territorio.

“Considero un honor prohibirle la entrada en el país sagrado”, dijo Yishai, al considerar que el Premio Nobel de Literatura ha cruzado una línea roja con su último poema.

El ministro del partido Shas, radical religioso, considera que con ese poema Grass buscaba “atizar el fuego del odio contra Israel y su pueblo”. De ese modo, “propaga la misma idea que antes apoyó de manera abierta llevando el uniforme de las SS”, dijo en alusión al servicio que Grass hizo durante la Segunda Guerra Mundial en las Waffen-SS y que mantuvo en secreto durante 60 años.

Yishai comparó en palabras a una emisora de radio israelí el poema con las proclamas antisemitas que provocaron el Holocausto. “Sencillamente no se puede guardar silencio ante esas palabras”, dijo el ministro, que habló con desprecio de Grass acusándolo de “antisemita”.

EL POEMA DE LA POLÉMICA
En su poema “Lo que hay que decir”, Grass censuró el hecho de que Israel amenace a Irán con un ataque preventivo por su programa nuclear que podría “exterminar al pueblo iraní”. También afirmó que el Estado judío pone en peligro la paz mundial, lo que le ha granjeado duras críticas y ser señalado como antisemita.
“Si Günter Grass quiere seguir publicando sus obras deformadas y mentirosas, debería hacerlo desde Irán, allí contará con un público entusiasmado”, dijo asimismo el ministro.

OTROS ‘VETADOS’ DE ISRAEL
No es la primera vez que Israel prohíbe la entrada a extranjeros en “castigo” por críticas a su política. El profesor judío de lingüística estadounidense Noam Chomsky estuvo hace dos años atrapado en la frontera con Jordania sin poder entrar y el verano pasado varios cientos de activistas propalestinos tampoco pudieron acceder a Cisjordania. En octubre de 2010 Israel expulsó a la Nobel de la Paz irlandesa Mairad Maguire tras una semana de detención, que había viajado al país para reunirse con activistas pacifistas.

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    Lo que hay que decir
    Gunter Grass
      Por qué guardo silencio, demasiado tiempo,
      sobre lo que es manifiesto y se utilizaba
      en juegos de guerra a cuyo final, supervivientes,
      solo acabamos como notas a pie de página.
      Es el supuesto derecho a un ataque preventivo
      el que podría exterminar al pueblo iraní,
      subyugado y conducido al júbilo organizado
      por un fanfarrón,
      porque en su jurisdicción se sospecha
      la fabricación de una bomba atómica.
      Pero ¿por qué me prohíbo nombrar
      a ese otro país en el que
      desde hace años —aunque mantenido en secreto—
      se dispone de un creciente potencial nuclear,
      fuera de control, ya que
      es inaccesible a toda inspección?
      El silencio general sobre ese hecho,
      al que se ha sometido mi propio silencio,
      lo siento como gravosa mentira
      y coacción que amenaza castigar
      en cuanto no se respeta;
      “antisemitismo” se llama la condena.
      Ahora, sin embargo, porque mi país,
      alcanzado y llamado a capítulo una y otra vez
      por crímenes muy propios
      sin parangón alguno,
      de nuevo y de forma rutinaria, aunque
      enseguida calificada de reparación,
      va a entregar a Israel otro submarino cuya especialidad
      es dirigir ojivas aniquiladoras
      hacia donde no se ha probado
      la existencia de una sola bomba,
      aunque se quiera aportar como prueba el temor...
      digo lo que hay que decir.
      ¿Por qué he callado hasta ahora?
      Porque creía que mi origen,
      marcado por un estigma imborrable,
      me prohibía atribuir ese hecho, como evidente,
      al país de Israel, al que estoy unido
      y quiero seguir estándolo.
      ¿Por qué solo ahora lo digo,
      envejecido y con mi última tinta:
      Israel, potencia nuclear, pone en peligro
      una paz mundial ya de por sí quebradiza?
      Porque hay que decir
      lo que mañana podría ser demasiado tarde,
      y porque —suficientemente incriminados como alemanes—
      podríamos ser cómplices de un crimen
      que es previsible, por lo que nuestra parte de culpa
      no podría extinguirse
      con ninguna de las excusas habituales.
      Lo admito: no sigo callando
      porque estoy harto
      de la hipocresía de Occidente; cabe esperar además
      que muchos se liberen del silencio, exijan
      al causante de ese peligro visible que renuncie
      al uso de la fuerza e insistan también
      en que los gobiernos de ambos países permitan
      el control permanente y sin trabas
      por una instancia internacional
      del potencial nuclear israelí
      y de las instalaciones nucleares iraníes.
      Solo así podremos ayudar a todos, israelíes y palestinos,
      más aún, a todos los seres humanos que en esa región
      ocupada por la demencia
      viven enemistados codo con codo,
      odiándose mutuamente,
      y en definitiva también ayudarnos.

      Traducción de Miguel Sáenz. El texto original en alemán se publica hoy en el diario Süddeutsche Zeitung.

      Extraído de:

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      ¿Quién es Günter Grass?

      Es un escritor y artista casubo alemán, galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1999 y el Premio Nobel de Literatura en el mismo año. Son múltiples sus compromisos en los campos del arte, la cultura, la política y los derechos humanos.

      Trayectoria
      Günter Grass nació en la Ciudad libre de Dánzig, el 16 de octubre de 1927. Hijo de Willy Grass (1899-1979), un cristiano protestante alemán, y de Helene Grass (*Knoff, 1898-1954), una cristiana católica de origen polaco. Grass creció como católico. Sus padres tenían una bodega junto a un departamento en Danzig-Langfuhr (hoy Gdańsk-Wrzeszcz). Tuvo una hermana, nacida en 1930. Estudió dibujo y escultura de 1948 a 1956.[1]
      Ha sido un escritor capital en la vida literaria y civil tras la Segunda Guerra, en Alemania y en Europa. Y ha escrito de muy diversos modos sobre la terrible historia de su país en los años centrales del siglo XX, ya con dos novelas iniciales: El tambor de hojalata (1959), El gato y el ratón (1961) y Años de perro (1963).
      Tuvo notable participación en el Grupo 47 de escritores alemanes, que se reunía dos veces al año: era un colectivo de jóvenes autores, luego destacadísimos, que leían fragmentos inéditos y se enfrentaban a la crítica de sus colegas (los organizadores enviaban tarjetas cíclicamente a personas muy dispares, ajenas al grupo). Estas reuniones del Grupo 47 dieron voz, incluso finalmente en Europa, a una nueva generación de escritores.
      Por otra parte, Günter Grass ha tenido una activa participación política en toda su vida. Criticó con dureza la represión de obreros en la Alemania del Este (RDA) a comienzos de los cincuenta (Los plebeyos ensayan la revolución). De hecho se ha mantenido siempre muy cercano al partido socialdemócrata y ayudó entre otros a Willy Brandt en sus campañas (como puede leerse en Diario de un caracol), que fue decisivo para el cambio alemán . En 1990, su breve ensayo sobre los campos, Escribir después de Auschwitz, fue muy comentado. Además se opuso, tras la caída del Muro, a una reunificación apresurada e invasiva con la antigua RDA (Alemania: una unificación insensata).
      1986

      Una polémica

      Es posible que, por todo ello, antes y después de recibir el Premio Nobel de literatura, en 1999, haya sido atacado de diversas maneras, e incluso que una vez decidiese irse de Alemania (casi un año estuvo, por ello, en la India).

      Es más, se magnificó cierto pasaje de su vida que apareció en la autobiografía de 2007, Pelando la cebolla, en donde relata su infancia, su vida como soldado, sus inicios como escritor y su relación con el Papa Benedicto XVI, quien asimismo fue prisionero de guerra en Bad Aibling (Baviera). Y esta obra difundió otra pretendida novedad, avanzada sensacionalistamente por el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ) [1] [2]: que a los 17 años perteneció a las Waffen-SS, esto es, que se contó entre los soldados, casi un millón, que reclutó al final la SS (Schutzstaffel o «Cuerpo de Protección»). Se conocía más que en 1944 estuvo unos meses en el ejército como auxiliar de artillería y que sirvió en la milicia, pero no que los batallones organizados para la guerra por los nazis lo hubiesen reclutado como soldado, aún en edad escolar.

      Grass quiso eludir, infructuosamente, su responsabilidad señalando que su ingreso a las Waffen-SS («Cuerpo de Protección Armado») no fue voluntario y fue destinado sin ser mayor de edad en Dresde [3], donde sirvió en la 10ª División Panzer SS Frundsberg [4], como les sucedió a cientos de miles de muchachos. Pues padeció fuertes acusaciones, sin considerarse su temprana edad, la fecha crítica de 1944 y por ende el predominio del partido en el ejército en los años finales de la guerra. Grass sólo sirvió en esos batallones unos meses, cuando tenía 17 años, por lo que ha sido defendido entre muchos otros por Volker Schlöndorff, por Salman Rushdie [5], por su traductor Miguel Sáenz o por Mario Vargas Llosa [6].

      Es más, Klaus Wagenbach, gran editor, escribió (El País, 16-V-2007) que ese hecho ya se lo había contado el autor en 1963 para hacer una monografía sobre él, y transcribe ahí las notas correspondientes que tomó. Lo había declarado Grass sin tapujos, dice Wagenbach, pero al FAZ le interesaba en 2007 un titular: "No sólo hay demasiados reaccionarios en el mundo, sino también demasiados parricidas", añadía ese especialista en Kafka al respecto. Eso no impide, según una entrevista con él por Juan Cruz (El País, 17-V-2007), para que el propio Grass valore críticamente —y lamente— lo que significó esa "seducción" del poder en los muchachos de su generación. Seduccion a la que sucumbio, sin dudas.

      Extraído de:
      http://es.wikipedia.org/wiki/G%C3%BCnter_Grass

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